Alicia está aquí, entre nosotros.
Debajo de tu lengua, entre tus pantalones.
Corriendo por tu sangre, brotando por tu piel.
Cuidado no te caigas, que te podés perder.
Será que sos tan extraña,
que me mirás con ese pudor.
Tus ojos son todos los colores,
tu boca es el Sol.
Tu alma es como un claro de luna,
arrastra el mar a su disposición.
No hay pena que valga en este valle,
donde vos sos la luz.
Sos la perdición de este valle,
no basta con tocarte para sucumbir.
Y en la perdición quizás me halle,
no basta con ser sombras ni con vivir.